“Eres especial ¿No ves? Tu realidad es Él”
Una tarde normal de un día normal frente a un computador ágil pero normal en una casa normal de un amigo normal pero no tan normal como sus sentimientos que se agitan dentro revolcados con preguntas que caen como gotas de un ácido sulfúrico que no le dejan descansar. Y no es normal tú que juegas con la locura, que descuidas tus estudios por verla y allí está cumpliéndote la cita, queriendo ver tu rostro, y leer lo que le escribes pensando que eres un alma pura cuando eres un cochino que no sabes que quieres ni para donde vas… pero no te juzgo… tú sufres y sufres mucho porque temes perderla y que con ella se vaya la única esperanza que tienes de ser papá pero también temes perderlo y que con él se vaya la única oportunidad de sentirte pleno al lado de un hombre, de besarlo, de que él te diga al oído que te ama, de ser dueño de su belleza y su juventud, de perder lo que quisiste ser y nunca serás… y te subes a un pequeño burrito de cuatro ruedas que recorre las calles mojadas de tu ciudad y suenan las canciones, aquellas que en otro tiempo te hicieron llorar y ahora sólo recrean tus oídos y piensas en ella como ella en ti y piensas en él como él en ti y no sabes qué hacer porque sabes que con los dioses puedes jugar pero con el Maestro no y te da miedo que se seque la risa y vuelva el llanto a la mañana y vuelvas a estar solo, y no quieres sufrir más porque te sientes cansado de llorar por tantos años y que te abandones cuando los has aprendido a amar, y esa es la realidad hombrecito alérgico, que tus viejos amores se han ido, y te preguntas qué pasara pero tu vecino no te da la respuesta, como no te la da esta página, como no te la da el que entra y se va o el que te dice amigo o el que te saluda en la calle o te llama hermano o hijo, y los quieres a los dos, pero son sol y lluvia, hambre y sed, tinieblas y luz… pero tú como lo vas a llamar tinieblas si tú eres el desgraciado, si tú juegas con él así como con ella y no sabes lo que quieres… pero no te juzgo… en el fondo eres tan sólo un niño asustado así ya no puedas comer sino sólo penes de distintos tamaños y sabores… y temes extrañar eso, tu tristeza de loca muerta, de vieja amargada, de bruja derrotada… y no aguantas las ganas y le envías un mensaje directo a su corazón porque entre los escombros se asoma tu verdadero yo… y sigue sonando la canción “tarde o temprano a un punto llegarás que no puedas regresar” y te gusta su melodía de hard rock latino pero su letra te confronta y te asusta.

Las gotas de lluvia caen sobre tu cabeza y sólo quieres llegar para hablar con ella. Por fin el burrito se para y te bajas y entras a tu casa, la misma en que te solías sentar de niño y escuchar las radionovelas de mamá, la misma en la que te daban tetero y escuchabas “que llueva café” de Juan Luis Guerra o Marcela de “Wilfredo Vargas”, y no te aguantas las ganas y lo llamas y te contesta su mamá. Ella que sufre porque su hijo prefiere un hombre y no una mujer y te lo pasa aunque quisiera que tú tuvieses matriz y no próstata, y él pasa y tú lo saludas y sientes que lo amas, que te hace bien escucharlo y sueñas con perderte en el mar de sus labios de esos mismos que oliste en la mañana cuando veías lo que te había escrito y se derretía tu corazón de amor por él, y lo consientes como harías con tu propio hijo –aquel que no tienes y no sabes cuando llegara- y le cuelgas a los 5 minutos y prendiendo la luz la llamas y le dices señora a su hermana de 16 y ella se molesta –No la llames señora, es señorita- pero a ti no te importa porque sólo quieres hablar con tu dulcinea y sentirla tan cerca como sientes a tu Conde de Xalamina y ya no hablas 5 sino 20 minutos y ella te dice que quiere un hombre varonil y te asusta oír eso porque aunque no juegas con muñecas sabes que no eres tan masculino del todo y te dice que te olvides de ver a tu niño el próximo año y no sabes qué decir pero aún así te sientes bien pero tienes miedo que tu torpeza lo acabe todo como acabaste tu felicidad aquel 2 de enero del 2003 y escribes y escribes pero el escribir no te hace sentir mejor como no te hará sentir mejor lo que harás luego que termines de escribir y no te importa si lo leerán o no, si quedo bonito o no, sólo quieres escribir.

Mañana lo pasarás y será otro día, por ahora haz lo que tienes que hacer, lo que tu locura sexual te obliga. Sólo espera a que Él ordene el mundo de caos en que se convirtió tu vida porque Él mismo será tu salvación y no tu Eva ni tu Adán como tu “tonta realidad” te ha hecho creer.

Posted by nohequ :: 12:16 p. m. :: 0 COMENTARIOS:

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