PENETRAICIÓN DE LA INVAGINACIÓN
::MI HISTORIA::


miércoles, agosto 10, 2005



ABUELITA



Ya en otras ocasiones he intentado describir tu enorme personalidad y ha sido en vano. No, no he encontrado palabras que puedan dar una idea de todo lo que significaste para los que te conocimos.

En mis primeros recuerdos te encontré recorriendo el corredor en compañía de otro querido viejecito “Pepito”; ese incesante contar y recontar las macetas, los cuadros del piso; para grabar ante ti el camino que te hiciera sentir independiente en tus movimientos. ¡Cómo se agiganta tu persona en mi recuerdo! al evocar tu obsesión por bastarte y los cotidianos viajes a los lavaderos, tu mano asida al tendedero, siguiendo un camino recto, como todo fue en tu vida.

Los cumpleaños de Abuelita, las “mañanitas”, los coros infantiles acompañados con envolturas enceradas de chocolate “Morelia”, que en nuestras bocas resonaban produciendo comezón, y nos hacía dejarlas, para entonar nuevamente los versos. Después todo se volvía recuerdos y todo leer en tu memoria, pasajes del pasado, tan llenos de detalles, que daban la impresión de que los estabas viviendo de nuevo. Pero era tal la cantidad de tus recuerdos que siempre encontrabas uno de acuerdo al momento de que se trataba. Y siempre la sonrisa a flor de labios, y la ternura con que pronunciabas “hijito, hijito”.

Y cuando nos reuníamos, las disputas de los nietos por las caricias de la inolvidable Abuelita y la primacía de aquello que tanto nos orgullecía, el ser reconocido por la voz, y nos hacía pensar en la posible predilección en tu cariño; pero siempre nos complaciste a todos.

Después...

Después vimos apagarse poco a poco tu vida; aquella que con su limpieza hizo olvidar rencores y agravios. Algunas veces te vi llorar, vi correr lágrimas de esos ojos marchitos de ver el mar, de sacar de él su fortaleza; te vi llorar y así infundir valor. Tu entereza, nunca fue producto de la resignación, sino producto de la firme convicción del deber cumplido.

Así fue apagándose tu vida......

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V-1985

Cuando tenga las manos vacías,

ya no habrá razón.

Si la risa de un niño

no me da alegría,

ya no habrá razón.

Si tu tibia mano no

estrecha la mía,

ya no habrá razón.

Cuando con mis manos

solo una caricia

yo me niegue a dar,

y si a su sonrisa

callada respuesta

solo puedo dar;

No solo las manos

tendré ya vacías

ya no habrá razón

ya no habrá alegría.

Esto lo escribió cuando le habían diagnosticado enfisema pulmonar, con dos infartos en su contra, si bien no le dijeron que tenía los días contados, ya sabía que eso lo iba a acabar...

Él fue una persona admirable, me enseño muchísimas cosas, entre otras, me enseñó que hay que luchar por la vida, no sólo sobrevivir, sino vivir... vivir en plenitud, disfrutar cada momento y hacer todo por dejar una huella memorable en este mundo... A diferencia de mí, él eligió envejecer prematuramente, siempre fue un anciano en espíritu, lleno de sabiduría y de gratitud por la vida, siempre dando algo de si... Le llamo "Quijote" no solo por su parecido físico, sino por su espíritu eternamente soñador... por su fortaleza inquebrantable a la hora de luchar por sus sueños... A diferencia de muchos, él creció en una familia que por definición era diferente y estaba dispuesta a separarse literalmente del resto del mundo con tal de mantener esa diferencia... y sin embargo él se atrevió a ser diferente a ellos... ¡Vaya tipo!

Su mayor sueño fue el ser eterno... Siempre consiguió que su vida fuera plena... Nunca temió a la muerte, sin embargo, cuando la miró a los ojos, como a cualquiera de nosotros, el vacío lo conmovió...

Yo también he visto a la muerte a los ojos un par de ocasiones, la primera vez, yo la buscaba... quería hundirme en un pozo oscuro y frío, dejarme ir, no volver, descansar de mis dolores y olvidar... olvidar... el Quijote y un angelito me hicieron volver. La segunda vez, fue por sorpresa, tenía la cara de varios tipos que me asaltaron... se me encogió el estómago... y sentí una humedad fría en distintos lugares... me quitaron todo lo que me podían quitar... me cubrieron los ojos y me llevaron a un lugar oscuro, frío... cuando amenazaron con dañar a ese angelito decidí que tenía que volver!!!

En cualquier momento todo puede cambiar... Muchas veces mis pensamientos, especialmente cuando las cosas van mal, regresan a la despedida que me dedicó mi Quijote, me dió el abrazo más fuerte que nunca me haya dado y me dijo "Échale ganas a la vida hija, es lo único que vale la pena"

Ya se habrán imaginado que ese Quijote es mi padre... Aunque su presencia ya no está aquí, su esencia se hizo eterna en todas sus enseñanzas.

Probablemente no podré escribir en el fin de semana, que lo pasen bien!

Valentina.


http://www.comunalia.com/Queto/7488/


Posted by nohequ :: 6:50 a. m. :: 0 COMENTARIOS:

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