PENETRAICIÓN DE LA INVAGINACIÓN
::MI HISTORIA::


domingo, junio 25, 2006



En este momento en que me hallo ante que tipo de sexualidad viviré de aquí en adelante muchas ideas y emociones confusas surgen en mi mente revoloteando cuales luciernagas atrapadas en un frasco de vidrio.

Desde antes que tomara una decisión firme por creer en Jesús experimente casi que un rechazo innato a la creciente atracción que empezaba a sentir por los hombres. Fueron interminables las horas buscando un algo que me pellizcara para despertarme de la pesadilla que vivía, pues antes de que supiera que había una variante sexual llamada homosexualismo y que era vetada por la sociedad ya sentía un rechazo de esas pasiones que empezaban a emerger en mi mente.

Al no ser aceptado durante muchos años por las mujeres y con el cambio que iba experimentando en mi cuerpo al pasar por la adolescencia, esas fantasías que pasaban intermitentemente por mi cabeza fueron materializándose en coqueteos ocasionales con lo que sentía por dentro. Mi realidad era que me hallaba preso de algo que no quería vivir pero que me dominaba y me sentía el único que así lo vivía. Me deprimía el saber que ni podía vivir como un heterosexual porque me habían dañado como tal ni podía ser un homosexual porque eso significaba renunciar a mis principios y formación cristiana.

Entre ese oleaje de confusión, vivi por mucho tiempo hasta que un 28 de diciembre de 2003 a mis 23 años decidí darme un respiro y permitirme vivir lo que mi cuerpo me demandaba. Así, poco a poco fui supimiendo el dolor de haberme alejado de Dios así como la culpa por hacer algo que a Él no le agradaba. Aunque sé que siempre me ha amado y me ha respetado en lo que soy pero la realidad era esa: el ser homosexual me alejaba de Él.

Con el iniciar de mi aventura gay conocí cientos de hombres, unos simpaticos y otros no, unos con personalidades arroyantes y otros que al contrario los arroyaba la prepotencia, la vanidad y la vida hueca gay. Lloré muchas veces porque aunque no podía negar lo bien que me sentía cuando estaba con un hombre, tampoco podía negar que no me sentía pleno. Un algo con varias ramas faltaba. Un algo en forma de mujer y en forma de Dios.

Para Mayo de 2004 conozco a mi primera pareja: Jorge, un jovencito de 22 años, con una cara espectacular, ojos verdes, blanco y velludo así como me gustan. Me encapricho rapidamente con èl y al poco tiempo me doy cuenta que vivìa una situaciòn similar a la mía, situaciòn que a la larga termino acabando lo nuestro. Sigo caminando y conociendo hombres de toda clase, de todas edades, con personalidades excelentes y otros que de sólo escucharlos producía rechazo. Meses y meses buscando que llegara un hombre que me amara y con él que me sintiera bien. Y después de una oración en un ejecutivo en la que le hice una plegaria a Dios pidìéndole sinceramente un hombre, llega Juan Esteban. Un hombre alto, con una capacidad de enamorar grande e iniciamos una relación que hoy en día no sé al fin que fue. Sólo sé que oírlo me producía alegría. Veía en él a ese hombre que fui hasta los 24 años y que ya no era.

Me gustaba que me besara, que se contuviera las ganas de hacerlo, su mirada con la que tanto luchaba hasta que se fue. Luego sin haberse él ido del todo llega Holmes, sólo un fantasma con cuerpo masculino que me ponía a volar. De él sólo me queda el recuerdo de sus besos pero no lo ame ni él a mi tampoco, y no se había ido él todavía cuando llega el Conde de Xalamina.

Siempre supe lo diferentes que eramos, pero él era la materialización de lo que había buscado en un hombre. Me atraía de él lo que yo sentía que no tengo. Era inevitable no haberme enamorado aunque tengo que reconocer que cuando estuvé con él esos dos días no me sentí pleno tampoco. Había un no sé qué, que faltaba entre los dos.

Ahora que ya no somos pareja, que un nuevo personaje masculino toca mi puerta mientras espero conocer mi primera mujer, me hallo en un conflicto interno.

Leo cientos de historias de homosexuales que son felices con su sexualidad pero no sé que hacer con la mía. Tengo miedo que hacia un futuro estando con Lalita me haga falta el cuerpo de un hombre y eso me haga sentir frustrado. Tengo miedo a asumir un rol que mataron en mí antes de que cumpliera 14 años. Le he dicho que la amo pero no hay ese mismo sabor en mis palabras que cuando se lo decía al Conde de Xalamina, ni hay la misma expectativa por besarla. Tal vez concluíría con esto que soy 100x100% gay y que así debo aceptarme pero no puedo negar que los finales felices en el mundo gay no existen. Mi historia y la de muchos así lo demuestra. Hombres que llegan a mi vida, me enamoran y me olvidan con otros labios.

Mi realidad es que no tengo para ofrecer lo que un homosexual busca en alguien de su propio sexo. Aun así de aquí en adelante siguiera viviendo mi sexualidad como la he vivido en los últimos dos años presiento que sólo se iría llenando páginas con historias que nacen en la mía y se van para llenar otras líneas. No quiero llegar a los 30 y pasar luego a los 40 y ser uno más de esos viejos verdes que se congregan en los videos como una única forma para asumir un estilo de vida en el que no hay cabida para ellos. Belleza y juventud, los dos aspectos más relevantes en el mundo gay y el curso de la vida me lleva tomado de la mano a una edad en la que ya no tendré ninguna de las dos.

Por el momento sólo sé que no quiero pensar aunque eso haga todo el tiempo. Ella está ahí pero él pero él aún no se va. Ayer casi me tiro todo, casi la pierdo porque le iba a enviar un msj y escibi fue algo para él. Y una palabra que no escribí fue la que me salvo de perderla.

No quiero estar con ella para experimentar como se se tratase de descubrir la cura a una enfermedad. Quiero que llegue el momento en que sus labios me sepan mejor que los de un hombre, en que su cuerpo me excite tanto como el de una figura masculina. Eso quiero.

Ahora mientras espero que llegue el momento para verlo y para verla sólo dejo que mi pluma escriba por mí mientras quiero dormir despierto, y mañana me levante a su lado, le pueda dar un beso y decirle -amor tuve una pesadilla- y salir y ver mis hijos corriendo, alzarlos, apretarlos contra mi pecho y tener un final feliz que intento escribir desde hace mucho tiempo.



Posted by nohequ :: 6:22 p. m. :: 5 COMENTARIOS:

escribeme algo... anda di que si

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