Y el pequeño no pego los ojos desde las 5:00 am, porque ni por sueño creía que el Príncipe Encantador sin beberlo ni comerlo, sería el pagano que mataría el descanso, el chivo que cornearía la limpieza. Toda la noche hizo sus letras y estuvo devorándose los sesos por quitarle el clavo al pastel, sin dar en la puntilla, y pensando: "Ya Dios me ayudará, mi Cielo me dará la razón, no es posible que él tenga el alma tan dura, que remueva con cuchillo de azufre heridas viejas como la sarna". No le quedo otro arbitrio que encomendar su camino a Dios.

Y el dolor le preguntaba ¿Qué le vas a decir?, como si dijera: "¿Qué hay en tu corazón?" Pero al fantasma le importa un comino y con aires de furia y venganza llena a voz en cuello le dice "Sembraste aires, recoge tempestades; turbaste tu casa, hereda viento"... y ahora el Príncipe lo llama por su nombre como si no lo conociera, ahora no le dice flaquito ven, sino recuerdo ven, y no lo va a insultar, porque se muerde la lengua, ¿y qué culpa tenía de haberse enamorado?

Posted by nohequ :: 11:54 a. m. :: 0 COMENTARIOS:

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