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Él fue la septima persona con la que tuve sexo. Ya un poco cansado de ir a ese sitio como uno iria a comprar leche o huevos, quise tratar de explorar más el mundo gay y di con un video manejado por un joven. Allí conocí a este cuate y bueno era bien particular. Era un hombre en ese entonces un poco mayor de 30 años, no era el repinta pero ese picazón que tenía lo hacía ver muy sexy y muy seguro de su sexualidad. Se nota que era un promiscuo de primera. Trabajaba en un banco y en su billetera cargaba las fotos de cantidad de hombrecitos desnudos.

Hablando una vez me toco la pierna y bueno terminamos teniendo intimidad. Superbueno sexualmente, me hizo sentir mucho placer.

Fue el primer hombre que me dio un piropo (me dijo que tenía unos ojos bonitos) y lo recuerdo especialmente porque era muy fresco. Si veía un niño lindo así no fuera homosexual, le iba lanzando el piropo y era muy coqueto, pero bien: no era una loca ni mucho menos.

Estaba conviviendo con un hombre desde hacia varios años pero estaba con él solo por compromiso y no porque lo amara. Vine a recordar su nombre tres años después gracias a que por estar en un mundo tan pequeño como el que estamos supe que J. había tenido un cuento con él.