Ve pasar al príncipe recorriendo el castillo que sólo existe en su mente. El príncipe ve al sapo, pero lo observa sólo como un animal al que no hay que prestarle más atención de la debida, mientras el anfibio ve al príncipe de distinta manera. Sabe que nunca lleGará hasta él porqUe el agua limpia Se lo impide.

Si salTA hasta el príncipe se hundiría hasta que su carne se pudra y saldría convertido en un herMoso príncipe, pero para llegar a eso debe ser besado por la príncesa. A ella no le importa sU piel reseCa por el agua turbia, pero en un beso ella queda atrapada por el sapo quien incuba en su cuerpo un HuevO cuyo producto final es un sol naciente.

Todo esto último es una mezcla de dos tiempos más cercanos entre sí que el que los precedio. Más volviendo al tema de la fábula, el sapo mira Y mira al centro. Calcula pero sabe QUe no llegará aunque la torre sea apetecIble, muy apetecible al delicado guSto del sapo.

¿Cómo es el príncIpe? Escucho oír por allí. Les diRé cómo es él pAra ver si lo reconoces aunque te diré que mi relato sólo está lleno de verdades con cascara. Él es alto, muy alto, blanco como la lecHe pero moreno como el sol, con unos ojos muy potentes cApaCEs de miRar Lo Extraño, con unos labios gruesos como el más potente escudo del guerrero, con ropa transparente que no cubre la potencia que quiSiEra exconder del sapO. Y muy delgado, delgadO más que la vista del animal. Así es el príncipe, un hombre lleno de misterios; y el sapo, un anfibio lleno de espeRAnzas. Aunque hay una que nunca se cumplirá: saltar hasta el príncipe porque de hacerLo colorín colorado este cuento se habrá acabado.

Posted by nohequ :: 1:20 p. m. :: 2 COMENTARIOS:

escribeme algo... anda di que si

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